jueves, 19 de julio de 2012

Carta para la CIDH del 9 de julio de 2012


Quito, 9 de julio de 2012

Señores
Comisión Interamericana de Derechos Humanos
Presente
De mi consideración:
En referencia a su comunicación de 9 de julio de 2012, suscrita por el señor Mario López Garelli, me permito hacer las siguientes puntualizaciones:
Una vez más, acuso recibo de una comunicación escueta, con escasa argumentación jurídica y sin encontrar respuesta a mis múltiples solicitudes que he venido requiriendo a la CIDH desde hace un mes atrás. No quiero pensar que esto constituya una pérdida de esfuerzos y tiempo, pero como ciudadano de un Estado miembro de la OEA, tengo la obligación de poner al descubierto, las flagrantes violaciones a mis derechos dentro de este proceso de selección. Esto sin duda, constituye un precedente nefasto en la región, donde se ha demostrado hasta la saciedad, como la CIDH dentro de dicho proceso, esconde información que es pública, rompe con los más elementales principios de protección de derechos, en particular, el derecho de acceso a la información.
Permítame en esta ocasión, dejar de lado argumentos jurídicos, toda vez que parecen ser ignorados por ustedes. En mis anteriores comunicaciones, me he referido extensamente al alcance del derecho de información, citando hasta jurisprudencia del Sistema Interamericano, lo cual, a su antojadizo criterio, no aplica en este caso. La pregunta entonces es ¿acaso la CIDH está por encima de los principios y estándares que enmarcan la actuación de todos los actores del Sistema Interamericano de Derechos Humanos? V ¿cuál es la calidad moral con la que sus funcionarios exigen de otros actores el respeto a dichos principios?
La última comunicación enviada por ustedes, deja un amargo sabor. Nuevamente se escudan en una interpretación simplista y regresiva del artículo 11 del Reglamento. Me rehusaba a pensar que así fuere, pues como ustedes me imagino conocen, este tipo de interpretaciones literales pasaron a la historia. Porque claro, una interpretación progresiva, evolutiva, pro homine e integral, hubiera llevado a un razonamiento distante al que he recibido por parte de ustedes en este tipo de comunicaciones.
Para ustedes se trata de un simple proceso administrativo, donde los ciudadanos no tenemos ningún derecho, apenas unas “garantías mínimas". Pues bien, entonces ¿cuáles son esas garantías mínimas?, ¿conocer a través del portal web los nombres de los 5 finalistas y nada más?
Dispensen mi reiterada insistencia, pero ante tales circunstancias, no acabo de entender las no-razones que ustedes esgrimen para decir que toda la documentación del proceso administrativo de selección del Secretario Ejecutivo, correos electrónicos, deliberaciones y actas tienen el carácter de reservado. ¿Qué tanto intentan ocultar? ¿Cuál es su preocupación que esa información sea púbica? ¿Tengo que pensar que existe información clasificada que los pudiera comprometer? ¿Existió quizás factores de discriminación por nacionalidad o afinidad política que afectaron a muchos de los candidatos a dicho cargo? Aún me queda una mínima esperanza de que mis sospechas no sean más que eso, simples sospechas.

Finalmente, y en vista de que no encontraré una respuesta pertinente y jurídica ante mis reclamos, me veo en la obligación de buscar otros medios jurídicos a través de los cuales, pueda hacer valer mis derechos como ciudadano. Tristemente, el órgano que dice garantizar y promover los derechos humanos en toda la región, ha puesto en tela de duda su integridad y su real vocación por la defensa de los derechos.

Me despido de ustedes con la conciencia tranquila, habiendo agotado todos mis esfuerzos para que este proceso haya sido verdaderamente transparente, abierto y participativo; adjetivos tan exaltados por ustedes que no han sido más que pura retórica.

El resultado de su actuación, no puede quedar mejor resumido que en las palabras del célebre filósofo Suizo Henry Frédéric Amiel y que los dejo para su reflexión " No niego los derechos de la democracia; pero no me hago ilusiones respecto al uso que se hará de esos derechos mientras escasee la sabiduría y abunde el orgullo"
Patricio Pazmiño Freire